miércoles, 1 de septiembre de 2010

"Elixir de doctrinas alucinógenas"


Imagina que tienes un ángel personal que además de cumplir con sus funciones angelicales es tu amigo, ahora imagina que desarrollas la capacidad de escucharlo y hablar con El, incluso puedes hablar con todos los amigos de tu ángel y ellos te cuentan acerca de sus aventuras en sus batallas contra cada legión de demonios que a diario enfrentan, mejor aún, aprendes a escuchar sus recomendaciones siempre tan espirituales que ya ni siquiera te preocupas por hacer otra cosa más que no sea lo que ellos dicen, sientes que ellos te ayudan a ser mejor y quien sabe, quizás un día te enseñen a volar. Ahora parece una fabula increíble pero hay miles de personas en el mundo que experimentan un fenómeno no muy diferente al ejemplo de la "doctrina de los ángeles".
Cuando un ser humano entrena su mente a pensar que algo es cierto y bueno simplemente lo toma y lo abraza como si fuera parte inherente de su propio pensamiento, en este caso no estoy diciendo que no existen los ángeles, ni siquiera puedo decir que no puedas tener un contácto cercano con uno de ellos, pero hay algo acá que me recuerda aquella vieja frase famosa de Lenin (fundador del Partido Comunista Soviético) "Una mentira repetida muchas veces se convierte en una gran verdad". Nosotros entendemos que una mentira seguirá siendo una mentira pero sabemos que la mente puede ser entrenada para creerse sus propias mentiras, peor aún, la mente puede desarrollar sus propios mecanismos de defensa para justificar sus propias mentiras. El proceso para des-entrenarse en estos casos y así poder renunciar a una mentira es complejo. La mayoría de las veces la emoción experimentada es como una aventura que nos expone a circunstancias en las cuales aprendemos a modificar nuestros valores y forzar nuestros pensamientos para así acoplarnos a una corriente de la cual no quisiéramos salir. El sólo hecho de permanecer dentro de una mentira es una aventura delirante y cada minuto que permanecemos en semejante viaje es un nuevo trago de un elixir que fortalece nuestra capacidad para permanecer bajo los alucinógenos efectos de nuestra alterada experiencia. Dicho argumento suena cuestionable porque denota nuestra falta de integridad pero el fenómeno es más visible si lo comparamos con un ejemplo real, un hombre es estimulado por la atracción hacia una mujer que aparte de ser muy atractiva es muy sensual y seduce sin discriminar a cuanto hombre aparece en su camino, la combinación de las emociones que este hombre experimenta le hacen fácilmente alucinar; El imagina que la ama y que ella va a ser el amor de su vida por siempre, este hombre reaccionará con indignación y negará que son sus hormonas las células que le envuelven dentro de esta aventura delirante, aunque él argumente que son sus neuronas las que le empujan con fuerza a tomar la iniciativa. Podemos decir de hecho que cada momento que este hombre invierte con ella se convence más que fue diseñado para complementar su vida con aquella mujer que es casi un ángel, claro está: hasta el día que descubre que ella a sido como un objeto de uso público desde antes y después de que él la conociera. Para entonces este hombre podrá reconocer su error, pero no antes porque ha estado consumiendo dicho elixir alucinógeno producido subconscientemente sus propias emociones y esta es una sustancia nos hace creer cualquier mentira y permanecer en ella a cambio de una satisfacción emocional temporal. Suena como una grosería esta comparación, pero la misma Biblia compara la religión con una gran ramera talves por la facilidad con la cual podemos irnos detrás del engaño dejando de lado lo verdadero.
¿Que ocurre con nuestra inteligencia? Por más inteligente que sea una persona tiende a poner su intelecto al servicio de sus emociones, así que otro hecho comprobado es como el cerebro puede entrar en una lucha subconsciente para fortalecer las bases inconsistentes de un razonamiento contradictorio que de acuerdo con nuestros intereses quisiéramos poder sostener. Manteniendo el ejemplo de una persona que se aferra a una pareja infiel, en muchos casos la persona ni siquiera se va a dar cuenta que está disfrazando conductas de la otra persona y justificando circunstancias que claramente podrían ser usadas como evidencias de que esta pareja no le conviene. Pero como dicen: “prefiero creer en elefantes que vuelan” y en muchos casos el ser humano realmente ama una experiencia, un movimiento, una tendencia, una moda, una religión o secta y la defiende aunque por todos lados encuentre advertencias que le avisan que algo anda mal o argumentos para reconsiderar la situación y se reusa a cuestionar en ningún sentido el elixir o el circulo vicioso intoxicante del alucinógeno al cual a sido expuesto. La Biblia lo explica así: "»Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" Cuando dice que el corazón del ser humano es “perverso” según algunas traducciones significa literalmente sin remedio, es decir, irremediablemente enfermo. Es por eso que Dios nos ha provisto de la Biblia como fuente de conocimiento: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error"
Estas artimañas engañosas son como ese elixir que mientras más lo tomamos, más nos intoxica con el poder de su doctrina. No se puede argumentar que cada quien tiene derecho a tener su propio punto de vista para justificar que no queremos aceptar una verdad contundente, dice el dicho popular que “una verdad a medias es una completa mentira” pero en proporción a lo sutilmente bien presentada la mentira, mientras más envuelta de cosas positivas más peligrosa puede ser. Es comparable con una mujer seductora que está enferma de VIH, mientras más atractiva es más peligrosa. Respecto a las costumbres, religiones y las doctrinas del mundo Dios nos advierte que: “Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.” y el apetito de la carne por consumir su elixir alucinógeno es enfermizo, y en definitiva no es espiritual. Por más buena que te parezca una religión y sus respectivas doctrinas si no implica una relación real con Dios que es completamente real simplemente será un invento religioso y por lo tanto una completa mentira. “Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” Esto es lo que advierte la palabra de Dios respecto a toda doctrina que se aleja de su voluntad; la seriedad del asunto se evidencia en las palabras de Jesús: “Respondiendo él, les dijo: --¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: "Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" Por eso el énfasis de Colosenses 2 es: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo.”
En conclusión quisiera retomar el ejemplo del principio, aunque exista un mundo espiritual donde habitan tanto ángeles como todo tipo de entidades espirituales, el hecho es que aquellos que dan culto a los ángeles por más humildes y religiosos que parezcan (se están metiendo en lo que no saben) alguien que distrae su mente de la verdadera doctrina de Dios para poner su atención en semejante creencia está, según las palabras textuales de la Biblia: “hinchado de vanidad por su propia mente carnal” en pocas palabras esta persona está intoxicada, del mismo modo que hoy día la gente paga cantidades de dinero por drogas que deterioran su salud, si existiera un elixir para hacer real sus propias alucinaciones teológicas todos los religiosos pagarían cantidades de dinero para obtenerlo, porque anhelan más la experiencia emocional de creer lo que les da la gana que conocer la verdad y permanecer en ella. La Biblia está cargada de buenos argumentos y razonamientos increíbles, una persona sensata e inteligente puede creer en la Biblia y seguir siendo coherente en su manera de pensar, incluso resultar más sabio gracias a lo que nosotros llamamos Palabra de Dios, sin embargo es alarmante ver la cantidad de gente que prefiere creer cualquier cantidad de mentiras increíbles que el mundo ofrece, en la mayoría de los casos cosas realmente absurdas y sin fundamento, pero la gente las creé, las sigue y les rinde culto. ¿Tienes toda tu mente puesta en el Dios de la Biblia y tu atención en su palabra o estás tomando el elixir doctrinal de alguno de esos alucinados “angelitos”?